Volver al Futuro

Una de las películas que nunca me canso de ver, y que disfrutamos quienes no tenemos televisión por cable (por canal 12 la pasan varias siestas de sábados al año, y la repiten una y otra vez, un sábado, inmediatamente al mes siguiente, y luego a las 2 semanas…y así sucesivísimamente); me refiero a la más que conocida “Back to the Future” (Volver al Futuro). De esta trilogía mi preferida es las 2º parte (estrenada en 1989, probablemente antes de que nacieran muchos de los que puedan estar leyendo esto) cuando Marty Mc Fly (Michael J. Fox) es enviado al futuro a través de una Maquina del Tiempo inventada por el Dr. Brown (Christopher Lloyd). La historia de esta segunda parte relata como Marty viaja al año 2015 (que poco falta para ese año!!! Y los autos en esta peli volaban!!!...es decir…ejmhm) para evitar que su hijo, un jovencito atontado, sea encarcelado por culpa de Griff Tannen, o sea el nieto de Biff, y…y ya me fui mucho; en fin, esa es resumidamente la trama de la película.
Lo que atrae, más allá de los efectos especiales "ochentosos", es la idea de fantasear con poder observar lo que viviremos en el futuro, es decir cuantos kilos de más (o de menos quien sabe) tendremos, cuantas arrugas aparecerán en nuestro rostro; cuantos cabellos de menos (o de má… de menos, de menos seguro); también cuestiones más trascendentes como de qué trabajaremos, de que carrera universitaria nos graduaremos, cuantos hijos habrá en la familia; para los solteros “con quién me casaré”, y así infinidades de cosas más.
Volviendo a la película, el protagonista -en su viaje- se da cuenta de que hay cosas que ve de su futuro que no coincide con las expectativas, los sueños, los planes que él tenía para su vida, de esta forma comienza a preocuparse y a pensar de que manera podrá corregirlos cuando regrese a su año de origen.
De ésta manera parece fácil el poder evitar sucesos dolorosos que nos pudiesen sobrevenir, o por ejemplo aprovechar oportunidades de negocio sabiendo que al final hay un éxito indiscutido, o quizás los/as jóvenes solteros/as que hoy están en búsqueda de su media naranja dejarían de preocuparse por el "sondeo" de candidatas/os… y cuantas cosas más.
Obviamente, y esto va para quienes se empezaron a copar con la idea, la máquina del tiempo no existe, y como dije al principio, este relato se trata sólo de una película de ciencia ficción.

No obstante, hay una promesa de Dios para nuestras vidas en su palabra, que dice exactamente así:

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes –afirma el señor- planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11)

Que hermoso saber que no necesitamos de ninguna máquina del tiempo para prevenirnos o corregir nuestro sobrevenir!!! Porque cuando decidimos que Dios sea parte de nuestra vida, aceptando a Jesús como nuestro único salvador y obedecemos su palabra, podemos tener total seguridad de que Dios tiene planes (PERFECTOS!) para nuestras viadas, y que estos planes no son para hacernos daño sino todo lo contrario, son de bienestar, y que él tiene el control de nuestro futuro, lleno de esperanzas!, y más allá de que las circunstancias sean buenas o malas, él está al tanto, y nunca va a desampararnos.
El libro de Efesios, capítulo 1 versículo 5, declara que Dios nos predestinó, y nos adoptó como sus hijos.
Así que si te preocupa el futuro, ya sabés cual es la solución, pedile a Dios que sea parte de tu vida, y que él se encargue de lo que vaya a venir.

Declará “El Dios de mi misericordia irá delante de mi" (Salmos 59:10)