19/3/08

POR QUÉ HABLAMOS COMO HABLAMOS

Por las mañanas el primer programa que aparece en la televisión cordobesa por aire es el noticiero llamado “Arriba Córdoba”, que dispone de noticias locales, nacionales e internacionales, con un poco de “interés general”, pasando por deporte, espectáculos, en fin, un poco de todo como para empezar más o menos informados. Un detalle es una sección que tienen dentro del programa titulada “Por qué hablamos como hablamos”, donde “analizan” frases de uso común que quizas no tienen mucha coherencia o lógica, pero si se usan a diario, como por ejemplo “hablar hasta por los codos”, o “irse por las ramas”, o “dormirse en los laureles”, otras mas raras como “ni chicha ni limonada”, “pagar el pato”, o “tirar la casa por la ventana” (como la imagen?)…, mi preferida y más contemporánea “tener más hambre que el chavo del 8”, o “no te hagas el gallito de lata”; en fin, miles de frases que usamos a diario y que no tenemos “ni la más pálida idea” de donde proviene su génesis.

Las palabras. Cuestión poderosa si las hay; Jesús lo dijo, y está registrado en el libro de Mateos, que por nuestras palabras seremos tanto justificados como así también condenados (12:37). Cuantas veces hablamos, y quizás sin darnos cuenta, estamos determinando (decretando!) negativamente lo que sucederá; ante un examen del colegio, ante una situación de tensión en nuestra familia, en el desarrollo de alguna tarea, en lo que respecta a nuestro trabajo, en fin, nuestras palabras determinan lo que somos y lo que hacemos.

Creo que la razón radica en que nos acostumbramos a ver las cosas con nuestros propios ojos, y nos acostumbramos a vivir en un mundo donde todo se explica en base a lo que tenemos delante de nuestras narices, un mundo que acostumbra quejarse (casi culturalmente) inmediatamente de las circunstancias que vivimos, y así como repetimos frases que no tenemos ni idea de qué significan, más que para el momento en donde utilizarlas, también (y aunque suene fuerte) condenamos nuestra realidad.

Y si todavía nos quedan dudas de lo trascendentes de nuestra forma de hablar, mira el siguiente pasaje:
"La palabra del Señor vino a mí: 'Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones.'
Yo le respondí: 'Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!' Pero el Señor me dijo:
'No digas: "Soy muy joven", porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte.' Lo afirma el Señor.”
(Jeremias 1:4 -8)

Dios hubiese podido responderle a Jeremias sólo con un “Estás equivocado, yo te envío, no temas” pero no sólo le dijo eso, también lo exhorto a que NO DIGA, que no declare con su boca lo que “él” creia de si mismo.
En el mismo pasaje, Dios nos alienta y anima a decir sus palabras, sin temerle a ninguna situacion, por más apremiante que sea.

Empecemos cada día declarando bendición para nuestras vidas, expresando lo que Dios dice de nosotros y no lo que nosotros u otras personas piensan. No existen puntos medios (Santiago 3:10-12), hagamos el hábito de decir sólo palabras y frases que den muestra de la grandeza de nuestro Dios.

4 comentarios:

Daniel O. Requelme dijo...

Haciendo Ruido:

Un placer que el azar me otorga al borde del recorrido por la pasión del blog.

Muy agradable el paseo


Daniel O. Requelme

Córdoba – Argentina

www.danielrequelme.com.ar

bypassband dijo...

creo que eso me explica muchas cosas personalmente muy de acuerdo con la porcion espiritual hoy me alimente de pan pero no de el vivire... ,muy bueno sigan asi vamos los a2 cada vez somos mas lo escrivo aca pero lo digo con palabras =).pablo by pass!!!

Rubén Battiston dijo...

Dia a día nos alimentemos de la palabra de Dios. Es clara y presisa.
Aguante ByPass Band

Rubén Battiston dijo...

Daniel Requelme un gusto que se haya paseado por estos pagos. Estamos en contacto. Bendiciones