Más grande que la 12

"Que el Señor te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes. Nosotros celebraremos tu victoria, y en el nombre de nuestro Dios desplegaremos las banderas. ¡Que el Señor cumpla todas tus peticiones!" (Salmos 20:4-5)

Si has tenido alguna vez la posibilidad de observar una tribuna de fútbol, con fanáticos hinchas de un club (como por ejempo Boquita), alentando a su equipo, no podés negar que se pone la piel de gallina -y no de "esa" gallina:)-. Que se siente tal adrenalina, el escuchar las canciones de aliento a su equipo, los bombos y redoblantes, las camisetas y banderas, todos unidos en el mismo salto, agitando los brazos, alentando a su club.

Cuando leí este salmo, se me puso la piel de gallina, y me empezó a latir fuertemente el corazón... y me imaginé a miles de ángeles extediendo banderas, alentandomé a seguir adelante, a entrar a la cancha dispuesto a batallar cual gladiador épico, sintiendo que la fortaleza de Dios está de mi lado, y que él se alegra en mis victorias.

¿Conocés algún hincha de futbol que se alegre o espere que su equipo pierda? Yo no.

Dios celebra nuestras victorias, pero éstas no llegan solas, debe haber entrenamiento, también tiempos de charlas tácticas, buscando la sabiduría con nuestro Gran DT (Jesús!); también importantísimo antes de salir a la cancha es la concentración, es decir, creer con toda convicción de que vamos a obterner la victoria, más allá de las circunstancias adversas que vivamos.

"No existe oportunidad sin oposición"(Rick Warren), siempre que estemos al pié del cañón, a punto de concretar una acción (previa meditación y consultada con nuestro Gran DT...obviamente) va a haber oposición (de todo tipo) y llevalo a cualquier ámbito de tu vida, los estuidos, el trabajo, el ministerio, tus sueños, todos tus planes; la buena noticia es que tenemos un respaldo eterno, una hinchada más grande que la 12, con banderas extendidas, alentándonos, y batallando con nosotros, celebrando la victoria.

Éste salmo continúa así:

"Ahora sé que el Señor salvará a su ungido, que le responderá desde su santo cielo y con su poder le dará grandes victorias. Éstos confían en sus carros de guerra, aquéllos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios. Ellos son vencidos y caen, pero nosotros nos erguimos y de pie permanecemos".(20:6-8)

Nuestra confianza debe estar puesta en nuestro Dios, y no en las circunstancias favorables o desfavorables.

Empezá a sentir su fortaleza, el coro de miles de ángeles alentándote, y a Jesús con tu camiseta!!!.

Nota: Hay un claro error en lo que sale escrito en la bandera de la hinchada en la foto:"Podrán imitarnos, pero igualarnos jamás", porque tu "hinchada" no imita ni iguala a ninguna... la supera!!!