Sábado por la mañana el cielo comenzaba a cubrirse nuevamente de nubes. Ya las lluvias habían afectado a casi toda la provincia los días anteriores… Pero Dios, en su poder Sobrenatural, tenía en su agenda que ese día Salsipuedes iba a ser bendecido. Para el medio día y milagrosamente el cielo ya se mostraba celeste en todo su esplendor.
Un grupo aproximado de 60 jóvenes, adolescentes y preadolescentes viajamos el día sábado hacia Salsipuedes, entendiendo y poniendo en práctica el propósito que Jesús nos dejó de “salir a anunciar sus buenas noticias a toda persona en todo lugar” (Marcos 16:15)
Fue así que desde que pisamos la plaza “Manuel Belgrano” de Salsipuedes, cada uno en su área designada comenzó a movilizarse. No había nadie que no estuviese sin participar… es que el objetivo era claro, no era un día de picnic, un paseo, estábamos allí para cumplir una misión, levantar el nombre de Jesús en alto, compartiendo y dando testimonio de Él.
En las rutas, con carteles y señales, decenas de jóvenes y adolescentes nos ofrecíamos para bendecir y orar por cada persona que con se auto pasaba por allí, orábamos por su salud, por sus familias, sus trabajos, sus hijos; era emocionante ver sus rostros, mezclas de sorpresa y asombro, muchos de ellos agradecidas, y muchos otros recibiendo la palabra de Dios, de esperanza y bendición para sus vidas.
Transcurría la tarde y la plaza comenzó a llenarse de niños, es que otro grupo de jóvenes y preadolescentes habían salido más temprano por el barrio a invitarlos a pasar un tiempo especial, distinto, literalmente una hora feliz, donde con canciones, juegos y obras de teatro, el mensaje de Jesús sería sembrado clara y eficazmente en sus corazones.
El programa era completo, y no dejábamos ni un espacio vacío, por cada rincón de la plaza se veía grupos de jóvenes orando e intercediendo por esta acción, entendiendo que en el plano espiritual estábamos librando una gran pelea. Continuamente repartíamos invitaciones para la reunión de la noche y folletos de “La Argentina que Dios quiere, con Jesucristo es posible”.
A través de canciones y alabanzas llenábamos la plaza de la presencia de Dios. Un grupo de adolescentes llevó a cabo la obra de teatro “Rey de Corazones”, que conducía a las personas a reflexionar y entender la necesidad de Jesús en nuestras vidas.
Cuando comenzaba a oscurecer, se encendieron las luces, ya no alcanzaban las sillas que habíamos puesto, la gente que pasaba se quedaba, quienes estaban en los alrededores se sentían atraídos por la presencia de Dios en ese lugar, y “ayudado” por un agente municipal, que quiso sabotear la actividad cortando las luces y que no “contaba con nuestra astucia” ni tampoco con el grupo electrógeno generador de corriente que habíamos llevado… fue así que por “su ayuda” a toda persona que se encontraba en la plaza no le quedó más que acercarse hacia la “luz”, de nuestros reflectores y de Jesús.
Cerrando ya la noche, un grupo de jóvenes presentó la obra de teatro “Life House”, que muestra gráficamente lo que sucede cuando estamos lejos de Dios, cuando le damos la espalda, y cómo por su amor eterno, incomparable e incondicional, pelea por nosotros día a día para darnos salvación y motivos suficientes para celebrar la vida.
El pastor Julio Belén, de la iglesia local, cerraba la jornada dando un mensaje claro: “Salsipuedes, si en tu vida no ves salida alguna, Jesús es el refugio perfecto”.
Todo fue una fiesta desde el principio hasta el final, si algo nos quedó más que claro es que somos un grupo, una red de jóvenes, adolescentes y preadolescentes con un propósito, que Dios nos ha llenado de dones y talentos para servirle y que cuando disponemos nuestro corazón para adorarle, Él se encarga de completar la obra.
Agradecemos a cada uno de los que dijeron “aquí estoy” el día sábado. Sería imposible nombrarlos uno por uno, porque como dije anteriormente, todos y cada uno de ellos estaban en acción. Sin su compromiso, excelencia y dedicación toda esta obra no hubiese sido lo que fue.
El 2010 será un año de victorias y conquistas que darán gloria al nombre de Dios. Si esto te pareció bueno… ¡Preparate para lo que viene!
Fue así que desde que pisamos la plaza “Manuel Belgrano” de Salsipuedes, cada uno en su área designada comenzó a movilizarse. No había nadie que no estuviese sin participar… es que el objetivo era claro, no era un día de picnic, un paseo, estábamos allí para cumplir una misión, levantar el nombre de Jesús en alto, compartiendo y dando testimonio de Él.
En las rutas, con carteles y señales, decenas de jóvenes y adolescentes nos ofrecíamos para bendecir y orar por cada persona que con se auto pasaba por allí, orábamos por su salud, por sus familias, sus trabajos, sus hijos; era emocionante ver sus rostros, mezclas de sorpresa y asombro, muchos de ellos agradecidas, y muchos otros recibiendo la palabra de Dios, de esperanza y bendición para sus vidas.
Transcurría la tarde y la plaza comenzó a llenarse de niños, es que otro grupo de jóvenes y preadolescentes habían salido más temprano por el barrio a invitarlos a pasar un tiempo especial, distinto, literalmente una hora feliz, donde con canciones, juegos y obras de teatro, el mensaje de Jesús sería sembrado clara y eficazmente en sus corazones.
El programa era completo, y no dejábamos ni un espacio vacío, por cada rincón de la plaza se veía grupos de jóvenes orando e intercediendo por esta acción, entendiendo que en el plano espiritual estábamos librando una gran pelea. Continuamente repartíamos invitaciones para la reunión de la noche y folletos de “La Argentina que Dios quiere, con Jesucristo es posible”.
A través de canciones y alabanzas llenábamos la plaza de la presencia de Dios. Un grupo de adolescentes llevó a cabo la obra de teatro “Rey de Corazones”, que conducía a las personas a reflexionar y entender la necesidad de Jesús en nuestras vidas.
Cuando comenzaba a oscurecer, se encendieron las luces, ya no alcanzaban las sillas que habíamos puesto, la gente que pasaba se quedaba, quienes estaban en los alrededores se sentían atraídos por la presencia de Dios en ese lugar, y “ayudado” por un agente municipal, que quiso sabotear la actividad cortando las luces y que no “contaba con nuestra astucia” ni tampoco con el grupo electrógeno generador de corriente que habíamos llevado… fue así que por “su ayuda” a toda persona que se encontraba en la plaza no le quedó más que acercarse hacia la “luz”, de nuestros reflectores y de Jesús.
Cerrando ya la noche, un grupo de jóvenes presentó la obra de teatro “Life House”, que muestra gráficamente lo que sucede cuando estamos lejos de Dios, cuando le damos la espalda, y cómo por su amor eterno, incomparable e incondicional, pelea por nosotros día a día para darnos salvación y motivos suficientes para celebrar la vida.
El pastor Julio Belén, de la iglesia local, cerraba la jornada dando un mensaje claro: “Salsipuedes, si en tu vida no ves salida alguna, Jesús es el refugio perfecto”.
Todo fue una fiesta desde el principio hasta el final, si algo nos quedó más que claro es que somos un grupo, una red de jóvenes, adolescentes y preadolescentes con un propósito, que Dios nos ha llenado de dones y talentos para servirle y que cuando disponemos nuestro corazón para adorarle, Él se encarga de completar la obra.
Agradecemos a cada uno de los que dijeron “aquí estoy” el día sábado. Sería imposible nombrarlos uno por uno, porque como dije anteriormente, todos y cada uno de ellos estaban en acción. Sin su compromiso, excelencia y dedicación toda esta obra no hubiese sido lo que fue.
El 2010 será un año de victorias y conquistas que darán gloria al nombre de Dios. Si esto te pareció bueno… ¡Preparate para lo que viene!
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